Su nombre es Olaf Scholz, pertenece al SPD (partido socialdemócrata alemán), ganó las elecciones por estrecho margen y ha logrado pactar un gobierno con ecologistas y liberales. Es, desde este 8 de diciembre, el nuevo Canciller de Alemania.  Tiene 63 años y es un izquierdista muy moderado. Tan moderado como para haber ejercido sin grandes tensiones como ministro de Finanzas a las órdenes de Angela Merkel en el gobierno que unió a conservadores y socialdemócratas. Pero ¿de dónde viene este hombre?

Nacido en Osnabrück (Baja Sajonia) un 14 de junio de 1958, Olaf Scholz se afilió de adolescente a las Juventudes del SPD pero no fue hasta los 40 años cuando saltó a la arena política de primer orden como miembro del Bundestag.

El primer cargo importante al que accedió fue el de vicepresidente de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas.

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Olaf Scholz es el mayor de tres hermanos y pasó su infancia y adolescencia en Hamburgo, ciudad donde estudió Derecho y abrió despacho como abogado.

Olaf Scholz viene de una familia obrera: su abuelo era ferroviario y sus padres trabajaban en la industria textil.

Su carrera política ha sido la de un laborioso proletario venido desde abajo, un hombre que ha trabajado incansablemente dentro del SPD hasta llegar a la cúspide.

Está casado con Britta Ernst y no tiene hijos. Su residencia habitual está en Postdam.

En 1998 fue elegido para representar a Hamburgo en el Bundestag pero poco después se integró en el gobierno municipal de esta ciudad. Se encargó del área de seguridad y su apuesta por la mano dura le acarreó algunas críticas.

Pero su paso por el gobierno municipal de Hamburgo no salió del todo bien, perdió las elecciones a las que se presentó tras su mandato y volvió al Bundestag a continuar su carrera política.

Olaf Scholz se situó en el círculo de confianza de Gerhard Schroeder, canciller de Alemania entre 1998 y 2005 e impulsor de un polémico viraje hacia la derecha del SPD.

No le costaría demasiado, ideológicamente, a Olaf Scholz pasar de Gerhard Schroeder a Angela Merkel. De hecho, como ministro de Finanzas ha defendido una política más bien conservadora y restrictiva en cuanto a deuda y gasto público. Hasta que llegó la pandemia y todo cambió.

A las órdenes de Schroeder fue secretario general del SPD. Un guardián de la ortodoxia moderada que, entonces, imperaba en la socialdemocracia alemana. Fue entre 2002 y 2004.

En 2011 logró una amplia victoria electoral en Hamburgo (48% de los votos) convirtiéndose en su alcalde. De ahí saltaría a la política nacional como ministro.

Olaf Scholz fue parte del equipo negociador de la Gran Coalición que a partir de 2013 gobernó en Alemania.

A Olaf Scholz, veterano socialdemócrata, le tocó dirigir las finanzas alemanas en un gobierno con los conservadores y no tuvo reparo en aplicar una política más bien conservadora. Pero también supo, según los principales analistas, gestionar las ayudas que necesitó Alemania para atravesar la crisis que la pandemia provocó.

La pujanza de los verdes alemanes y algunos reparos del electorado izquierdistas suscitaron dudas sobre si la candidatura de Scholz lograría éxito. Pero, finalmente, triunfó en los sucesivos debates electorales y logró, incluso, superar una comparecencia en una comisión parlamentaria que investigaba un caso de presunta corrupción que, muy lateralmente, podía afectarle.

Scholz ha jugado la baza de la estabilidad y se ha presentado como el verdadero heredero de Angela Merkel. Es la promesa de que las cosas seguirán más o menos igual en Alemania, sin sobresaltos. El nieto del ferroviario ha llegado al poder

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